sábado, 24 de diciembre de 2011

Feliz Navidad, el Día del Sol Invicto


Estos días se conmemora la Navidad…pero, realmente ¿qué es lo que estamos celebrando?

Se ha escrito mucho sobre las influencias del paganismo en la Navidad. Desde luego, saber el día en el que nació Jesucristo es imposible, pero todas las fechas posibles apuntan a la primavera, concretamente marzo.
En una costumbre muy arraigada en el Cristianismo, este se fue apoderando de lugares, nombres y fechas emblemáticas de las religiones “competidoras”, y el hecho de la Navidad no es ninguna excepción.

La misma cultura del cosmopolita (¿globalizado?) Imperio romano funcionaba de manera semejante. Desde este punto de vista, la Iglesia no habría hecho otra cosa que lo mismo que el Estado romano: incorporar a la estructura existente todos los elementos extraños posibles.

Teniendo en cuenta todo esto ¿cuál fue el motivo para trasladar la fecha del nacimiento de Jesús al 25 de diciembre? ¿Qué tradición religiosa se quiso “asimilar”?

En mi opinión, podemos descartar fiestas celtas como Yule (se conmemoraba el solsticio de invierno). La incorporación de elementos célticos al Cristianismo es más bien medieval. Y fue en el año 350 cuando el Papa Julio I escogió esta fecha como la del nacimiento de Jesús.

Otra cosa bien distinta son las Saturnalias romanas. Se celebraban del 17 al 23 de diciembre en honor a Saturno, Dios de la agricultura, a la luz de velas y antorchas, se celebraba el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno). Y eran muy parecidas a nuestras navidades: regalos, disfraces…Eran increíblemente populares y queridas y todos los emperadores que intentaron limitar estas fiestas en su duración fracasaron.



También el día del Sol Invicto era el día del dios persa Mitra. Era por aquellos años el dios persa más popular, importado a Roma por los propios legionarios, con más de dos mil templos sólo en la capital. 

Aparte de la importancia de las Saturnalias, opino que el verdadero peligro para la naciente Cristiandad era la religión de Mitra. Al fin y al cabo las Saturnalias formaban parte de la vieja tradición religiosa romana y esta estaba en horas cada vez más bajas. Lo que pegaba fuerte eran los ritos exóticos de carácter mistérico, en un Imperio cada vez más orientalizado. No solo el Mitraísmo, la religión estrella de las tropas venidas de las fronteras mesopotámicas y que arrasaba en Roma, sino el culto a la diosa Isis (de cuya iconografía se servirían los cristianos para representar a la Virgen María), a Athis, y por supuesto el mismo Cristianismo (al fin y al cabo, otra religión oriental más).

También era cada vez más fuerte la tendencia al monoteísmo. Este era cada vez más buscado por el Estado, que veía en la multiplicidad religiosa y cultural una amenaza para su cohesión interna. La idea de “un Imperio, un Dios” era cada vez más fuerte. ¿No habían adoptado los archienemigos persas una especie de religión oficial monoteísta también, el mazdeísmo?


Así que en época de Aureliano, a finales del siglo III, el Sol Invictus fue elevado por encima de todo el resto del Panteón religioso, y asimilado al mismo emperador. Se trataba de tener una deidad superior a la que pudieran adorar todos los habitantes del Imperio (y vinculada al emperador) sin obligarles a renunciar a sus propias religiones. Lo que el Cristianismo, que insistía en su posesión de la verdad exclusiva, no podía ofrecer.

De esta manera, el Cristianismo tuvo que apoderarse del día más emblemático de su principal amenaza para poder triunfar. Se ha dicho que somos cristianos casi de milagro, y por poco no mitraícos. Al final, fue la primera religión la que triunfó, pero eso es otra historia.

Lo que sí está claro es la celebración del solsticio de invierno. Todas las religiones (entendiendo religión en un sentido amplio, no necesariamente tienen que estar sistematizadas en un corpus de dogmas fijos y escritos) han estado íntimamente ligadas a los ciclos de la naturaleza, y, respecto a aquellas que surgieron cuando ya existía un sacerdocio organizado también tenemos que tener en cuenta las observaciones de los astros.

Del mismo modo que los Reyes Magos están asociados a la estrella de Belén, el Mitraísmo también buscaba entroncar con el cielo, con la constelación de Tauro y con la resurrección del Sol tras el solsticio, con su Victoria sobre las tinieblas.

Al fin y al cabo…¿hay algo más inmortal que estar entre las estrellas?


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Sueños, Drogas y Arquetipos

Los sueños acompañan al hombre durante toda su vida y desde el principio mismo de su existencia, y con toda probabilidad preceden a su propia humanidad, como parece demostrarlo el hecho de que tanto en el feto humano como en todas las aves y mamíferos es posible identificar electroencefalográficamente un trazado similar al correspondiente en el sujeto adulto al sueño paradóji­co, momento en el cual, se producen los sueños. Es decir, todos soñamos.

La Antropología asume como postulados fundamentales, la diversidad cultural y la unidad psíquica de la humanidad. Este es un compromiso por el que se otorga la misma condición de seres humanos a todos los miembros de otros grupos humanos, no importa cuán extrañas nos parezcan sus costumbres.

Carl Gustav Jüng defendía que cada sueño tenía valor en sí mismo, y que sólo pueden ser interpretados correctamente considerando al individuo y sus circunstancias. Algunas de estas circunstancias por coincidir con las de toda la humanidad, son comunes y,como Jüng las bautizó, arquetípicas.


La expresión "arquetipo" indica que los contenidos inconscientes colectivos son arcaicos. También podría aplicarse a los contenidos inconscientes la expresión "représentations collectives", que Levy- Bruhl usa para designar las figuras simbólicas de la cosmovisión primitiva, pues en principio se refiere casi a lo mismo.

En "La Mentalidad Primitiva" de Lucien Levy Bruhl encontra­mos esta afirmación:

"Para la mentalidad primitiva, el mundo de lo visible y el mundo de lo invisible forman un todo. La comunica­ción entre lo que llamamos la reali­dad sensible y las potencias místicas es pues constan­te, pero en ninguna parte esta comunica­ción puede efectuar­se de una forma más completa e inmediata que en los sueños”

Para Malinowsky tras largos años de convivencia con los nativos de las islas Trobiand "Los sueños espontáneos no ocupan un lugar importante en la vida de los nativos Pero hay otra clase de sueños consecuen­cia de la magia cuando no el resultado de la influen­cia ejercida por seres espirituales En estos sueños los espíritus de los antepasa­dos indicarán el lugar o el momento propicio para llevar a cabo cualquier actividad”.

La importancia de los sueños para la Antropología es tal, que para uno de los padres de la Antropología moderna, Sir Edward Burnett Tylor , fue a partir de la experiencia de los sueños que el primitivo fue capaz de construir un concepto tal como el de alma o espíritu.



Los llamados primitivos no han sido los únicos en establecer un paralelismo entre la concepción del alma y la del sueño. En la Antigüedad se percibía la esencia del sueño como de una calidad equiparable a la del alma, y hasta la Edad Media se mantuvo la creencia de que el alma viaja durante los sueños para aportarnos diferentes tipos de información.

Siendo tan importante la información aportada por los sueños y su equiparación al espíritu, es comprensible que se haya desde siempre, intentado lograr visiones semejantes en estado de vigilia.


Conocemos por la Antropología numerosos ejemplos de grupos humanos que han recurrido y recurren al uso de sustancias psicoactivas alucinogénas.

Desde las poblaciones siberianas que utilizaban Amanita muscaria, hasta los jívaros del Amazonas que recurren a la ayahuasca el objetivo perseguido por los chamanes de todas las culturas suele ser el mismo: trascender el espíritu llevando el de uno mismo a otras esferas, la de los dioses o la de los propios espíritus, absolutamente reales. El alma abandona al chamán para visitar esos mundos paralelos y luego regresar a él cargada de información.

Para terminar, una reflexión personal sobre la posibilidad de que nuestra cultura derive de la capacidad de soñar.Para Stewart Lincoln , autor de "Los sueños en las Culturas Primitivas" la mayo­ría de los aspectos de las culturas primiti­vas, derivan de los sueños.

Este antropólogo defiende que junto a las creencias en la inmortalidad del alma y en los espíritus, junto a la influencia de los sueños sobre las emociones y actividades cotidianas,se han originado numerosos totems, rituales, curas o encantamientos, así como también la magia, los tabúes y la brujería, muchas ceremo­nias y objetos. También se han cometido actos de asesinato y caniba­lismo, declarado guerras, se han constituido socieda­des secretas, se han puesto nombres y se han construido mitos y leyendas.

Y si las culturas primitivas derivan de los sueños...¿no derivan todas las culturas, incluso la nuestra, de las primitivas?


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jueves, 8 de diciembre de 2011

En la Tierra de los Sueños

En la visión del mundo de los aborígenes de Australia existe una época de creación, una época mágica en la que los seres ancestrales hicieron el mundo. Esta época es conocida como la Época del Sueño o también como Los Tiempos del Sueño. Los walbiri australianos la conocen como djugurba. Este acto de Creación fue realizado en tiempos inmemoriales, pero todavía permanece y ejerce un poder creador sobre los seres humanos. El poder de los sueños permite tener acceso a la Creación. Por eso le llaman La Época del Sueño.

En zonas de Australia una mujer puede, antes de saber que está embarazada, soñar con una especie o con un lugar. Así, el futuro pequeño queda afiliado a un totem y progenitor espiritual.


Porque los seres ancestrales en sus viajes en aquel tiempo mítico, crearon el paisaje. Pozas de agua, montañas y también las especies humanas y no humanas. En la sagrada Tierra de Arnhem, las hermanas Wawilak hicieron surgir pozas de agua mientras caminaban con sus bastones, y daban vida a las plantas y a los animales, dando nombre (la palabra como acto de creación es común a toda la Humanidad) a las especies y los lugares. Además de ponerles nombre, crearon las canciones que narraban el acto. Por eso, los aborígenes narran sus mitos cantando.

Lejos de contemplar estos mitos cantados como una curiosidad meramente folklórica y pintoresca de un atrasado grupo humano, hemos de verlos como un potente medio de cohesión e incluso como un eficaz medio de resistencia a la destrucción de la tierra que tanto aman (en el vídeo una secuencia de la evolución a lo largo del día de uno de los lugares más sagrados de los aborígenes, Uluru o Ayers Rock): en 1985 una compañía minera de uranio pretendía explotar la colina Coronation, otro sitio sagrado. Según los habitantes de la zona, si se alteraba el lugar, el ser ancestral encarnado en el paisaje desde La Época del Sueño provocaría una destrucción inimaginable.

Su tenacidad tuvo su premio, y en los años noventa la colina quedó incluida dentro del Parque Nacional de Kakadu. A veces, los sueños se hacen realidad...

Por si quieres conocer Australia...

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sábado, 19 de noviembre de 2011

La Peste Negra arrasa Europa (parte II)

La muerte se presenta como la gran niveladora social en la Edad Media, y la iconografía surgida de la Peste Negra insiste en esta idea. Pero lo cierto es que la epidemia se cebó más con los pobres, aunque solo fuera por las diferentes posibilidades de huida. Los propios narradores de los cuentos de El Decamerón son jóvenes de buena familia que huyendo de Florencia se han refugiado en una villa en el campo, posibilidad que sus menos favorecidos vecinos no tenían...

De una Europa con superpoblación se pasó a un continente semivacío. Villages desertés en Francia, lost villages en Inglaterra, wüstungen en Alemania, despoblados en Castilla...e irónicamente, la mejora para los supervivientes: la abundancia de tierras y la falta de mano de obra favorecieron a los campesinos, el sistema feudal quedó herido a pesar de las durísimas leyes que querían impedir la marcha de los campesinos de las tierras de sus señores y bloquear los salarios, que se habían disparado por la escasez de trabajadores.

La movilidad social y geográfica que generó la crisis, junto con el cambio de valores (o dicho de otra manera, la pérdida de confianza en el sistema: "¿Cuando Adán cultivaba y Eva hilaba, dónde estaban los señores?" ) generó la violenta respuesta de la nobleza dispuesta a mantener su nivel de renta a cualquier precio y la contrarrespuesta de los campesinos desfavorecidos y los oficiales de los gremios: la más famosa y sonada, la rebelión inglesa de John Ball de 1381, con sus nivellers, que buscaban lograr la igualdad social sea como fuere.

Pero los efectos más espectaculares de la crisis de la Baja Edad Media, de la que la Peste Negra es su principal manifestación, está en el impacto mental que causó en las personas que la vivieron. Incapacitados para dar una explicación racional al fenómeno, aparecieron toda serie de explicaciones, como la creencia de que los judíos habían envenenado el agua o el aire, lo que se tradujo en tremendos progroms, como el de 1391 en Castilla; o las fuentes papales que aseguraban que la muerte negra estaba causada por las constelaciones o por la venganza divina (Vitae Paparum Avionensum.

La manifestación más impactante fue la aparición en 1349 del movimiento de los Flagelantes. Bandas de cientos e incluso miles de personas recorrían los países europeos haciendo penitencia y pidiendo clemencia al Señor. Integrados por gentes de las clases bajas, fueron acusados de hacer mucho mal al clero por sus predicaciones y su arrogancia. Condenados enseguida por la Iglesia, el Papa Clemente VI lo definió como una herejía. Se inició así la persecución.

Por un lado invocaban el socorro de la Virgen y los santos, pero al mismo tiempo criticaban fuertemente a la jerarquía eclesiástica. Los Flagelantes no solo acusaban a la Iglesia de descuidar sus deberes, sino que afirmaban también que cualquiera podía conseguir la gracia sin la mediación de la Iglesia, la confesión, ni la indulgencia. Aunque los Flagelantes fueron aplastados, sus doctrinas se propagarán y tendrán un gran éxito en el futuro, como veremos con los husitas y con el éxito de Lutero...De momento, lo que reveló el movimiento era el profundo odio que había al clero entre la "gente menuda".

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lunes, 14 de noviembre de 2011

La Peste Negra arrasa Europa (parte I)


La Peste Negra, 1348:"Al empezar la enfermedad les salían a las hembras y los varones en las ingles y en los sobacos unas hinchazones que alcanzaban el tamaño de una manzana o de un huevo. La gente común llamaba a estos bultos bubas. Luego, los síntomas de la enfermedad se trocaban en manchas negras (...). Así describía Boccaccio en la introducción de El Decamerón los síntomas de la terrible enfermedad, la Peste Negra, que mató a casi la tercera parte de la población de Europa. Pero, ¿de dónde llegó?

En 1338-39 la enfermedad es detectada en Asia Central. En unos cementerios de la época las inscripciones nos indican que las personas enterradas habían sido víctimas de la enfermedad. Las victorias de los mongoles de Gengis Khan y sus sucesores habían creado un enorme imperio, donde el comercio fluía sin impedimentos a través de la famosa ruta de la seda...la misma ruta que seguirá la Peste Negra.

La colonia genovesa de Jaffa, en Crimea, es asediada en 1347 por el ejército mongol, donde se declara la Peste. Es el foco del que saldrá la epidemia que arrasará Europa. Los genoveses que huyeron de la ciudad la propagaron por todo el continente: en 1347, la Peste Negra había llegado a Florencia, en 1348 el resto de Italia, Francia y la Corona de Aragón; en 1350 Castilla y Portugal, en 1352 el Danubio y el Báltico...

Lo más duro era que la epidemia reaparecía de forma cíclica: 1360-62, 1368-69, 1374-75...impidiendo a los castigados supervivientes recuperarse. Por supuesto las endémicas guerras de finales de la Edad Media no ayudaban. Hasta bien entrado el siglo XV, la población no empezaría a recuperarse.

Porque la Peste Negra no llegó sola. Desde el año 1000, Europa -la Cristiandad como se decía entonces- había entrado en una fase expansiva y optimista, el monje Raul Glaber nos cuenta como "el manto blanco de las iglesias" lo cubría todo, pues el mundo deseaba despojarse de su vetustez. Expansión territorial (la Reconquista en Hispania, el Drang nach Osten al este de Alemania, roturación de pantanos y bosques...) y expansión poblacional, de más de 40 millones a más de 70 millones en el año 1300.

Demasiado. La población creció por encima de los recursos (un aviso para nuestro superpoblado mundo actual) y desde principios del siglo XIV las consecuencias se empiezan a notar. Las crónicas catalanas hablan de 1333 como lo mal any primer, un año terrible de hambre. Un simple aperitivo de lo que habría de venir y ejemplo de las hambrunas que asolaban a Europa en el terrible siglo XIV (en 1316 murió de hambre un 10 por ciento de la población de Brujas). En 1346 la hambruna arrasa Castilla, Francia, Inglaterra, Navarra, Italia...la Peste Negra tenía el camino abonado ya...

Pero...¿cómo vivió la gente la epidemia? La respuesta, en la segunda parte.

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sábado, 29 de octubre de 2011

El día de los muertos (III parte): Halloween


Con el triunfo del Cristianismo, la fiesta pagana de Samhain fue sustituida por el Día de Todos los Santos: All Hallow´s Eve.

Cuando los irlandeses emigraron a América llevaron también sus tradiciones, entre ellas su noche de Samhain, y cambiarán los nabos por calabazas, más fáciles de ahuecar. En un principio, la fiesta fue reprimida por los primeros colonos, fuertemente protestantes, pero después de la oleada inmigrante de 1846, huyendo de la hambruna que asolaba Irlanda, terminó por implantar la festividad.

Al principio, Halloween se celebraba en los países anglosajones, pero la fuerza cultural de los Estados Unidos, ha provocado su popularización en el resto del mundo.

Del inicial Samhain pagano, pasando por el cristianizado Día de Todos los Santos, Halloween ha derivado en una festividad puramente comercial y lúdica, con fiestas de disfraces, bromas, visionado de películas de terror, y el famoso "truco o trato".

En su origen el Trick or treat estaba vinculado a la creencia en que esta noche no solo los espíritus de los difuntos podían vagar por este mundo, sino toda clase de habitantes de reinos espirituales, entre ellos Jack O`Lantern. Se trataba de un irlandés poco recomendable, capaz de engañar al mismo Diablo y salvar así su alma. Pero como no podía entrar tampoco en el cielo, tuvo que regresar entre el viento y la oscuridad, iluminado solo por un carbón arrojado por el Diablo que tuvo que meter en una calabaza para que no se apagara.

Desde entonces, Jack vagaba por los pueblos pidiendo precisamente "truco o trato". Lo recomendable es aceptar siempre el "trato" fuera cual fuese, pues sino Jack haría "truco" y maldeciría a la casa y la familia. Como amuleto, se usaban calabazas de formas horrendas para no encontrarse con él.

En la actualidad, los niños dan a escoger entre "truco o trato", es decir, entre "travesura o dulce". El origen de la tradición de pedir dulces puede ser doble: por un lado, de una tradición holandesa de la Fiesta de San Martín, un santo muy querido en la Edad Media por partir su capa con un mendigo; por otra la tradición celta de recoger alimentos por las casas para las ofrendas a sus dioses, en unos rituales que probablemente incluían sacrificios humanos.

El día de los muertos (II parte): El Día de Todos los Santos
El día de los muertos (I parte): Samhain

viernes, 28 de octubre de 2011

El día de los muertos (II parte): El Día de Todos los Santos

El origen de la festividad del Día de Todos los Santos se encuentra en la enorme cantidad de mártires cristianos que produjo la persecución del emperador Diocleciano. Esta era tan elevada que no había suficientes días al año para conmemorar a todos. La fecha inicial fue el 21 de febrero hasta que el Papa Bonifacio IV en el año 610 consagró el Panteón, el impresionante templo del emperador Agripa como templo a la Santísima Virgen y a Todos los Mártires, trasladándola al 13 de mayo.

La fecha definitiva fue instaurada por el Papa Gregorio III en el siglo VIII para solaparla a la fiesta del Samhain debido a su popularidad entre los pueblos celtas. Esta costumbre no es inusual en la Iglesia, pues en su día hizo lo mismo con la Navidad, haciéndola coincidir con la fiesta del Sol Invictus, el día más importante de la religión más peligrosa para el Cristianismo: la religión de Mitra.

Relacionado con la festividad de Todos los Santos está el Día de Difuntos, en el que se ora por aquellos fieles que se encuentran en el Purgatorio el 2 de noviembre. El origen de la fiesta se sitúa en Cluny en el 988, en el siglo XV llegó a España y desde allí pasó a América, donde se fundió con las tradiciones indias.

El noveno mes del calendario azteca, cerca de agosto estaba presidido por la Dama de la Muerte, el dios Mictecacíhuatl y la fiesta duraba todo el mes. Cuando los conquistadores llegaron trasladaron la festividad a noviembre, para que coincidiesen con el Día de Todos los Santos y con el Día de Difuntos.

También a América, pero a la América anglosajona llegó la festividad de Todos los Santos desde Europa, concretamente desde la céltica Irlanda, donde mejor se conservaba la raíz pagana del Samhain, transformado en Halloween, pero esto será en el siguiente artículo...

El día de los muertos (I parte): Samhain
El día de los muertos (III parte): Halloween
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sábado, 22 de octubre de 2011

El día de los muertos (I parte): Samhain


Samhain, es una palabra gaélica que etimológicamente significa “El final de la cosecha” y también “fin del verano”, lo que nos recuerda la correspondencia entre el calendario y el ciclo vital a los modernos habitantes de nuestras antinaturales ciudades.

En esta fiesta, la más importante en la cultura celta, en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre se celebraba el inicio del “Año Nuevo” Céltico. El calendario celta divide el año en dos mitades: una mitad oscura que comenzaba con la lunación de octubre-noviembre, el mes de Samonios (todos los meses comenzaban con la luna llena) y una mitad clara que comenzaba con la lunación de abril-mayo. La celebración del año nuevo celta se celebraba con la luna llena más cercana entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno, pues el año empezaba en la mitad oscura.

Samhain es tanto un momento de transición, pues se pasa de un año a otro, como de máximo acercamiento a otro mundo: el mundo de los muertos. Este es uno de los dos momentos del año en que las barreras entre los dos mundos desaparecen (el otro es Beltane, el inicio de la mitad clara), y los muertos pueden caminar entre los vivos.

Así que, por un lado, se encendían enormes hogueras para ahuyentar a los malos espíritus; pero también dejaban comida y dulces fuera de sus casas como ofrenda a los familiares ya fallecidos, y para ayudar a los muertos a encontrar el camino hacia la luz junto al dios Sol, ahuecaban nabos en los que introducían carbón ardiendo para iluminarlos. También los sacerdotes celtas, los druidas, se comunicaban en esta fecha con los espíritus de los antepasados para guiarlos hacia el otro mundo, la Tierra del Verano, donde no existía el dolor. En la brujería neo-pagana actual, la wicca, que ha resucitado en gran parte las tradiciones celtas, esta concepción de samhain como fecha especial donde las leyes espacio-temporales ordinarias quedan suspendidas se mantiene, y es el momento idóneo para trabajar la adivinación.

Era tan arraigada la creencia de que samhain era un momento mágico (en el sentido de anulación o debilitamiento de la realidad habitual) para los celtas, que en su mitología las hadas podían hasta llegar a tomar maridos mortales e incluso podía visitarse su reino. Pero no había muchos voluntarios: para los antiguos celtas las hadas eran seres muy peligrosos.

La creencia de que en determinadas fechas (como en samhain) o lugares (como en lugares concretos de Australia, para los aborígenes) se abren portales hacia otros mundos o la realidad física puede ser violada está arraigada en todas las mitologías y presumiblemente desde el principio de la Humanidad. H ay teorías que contemplan el arte rupestre paleolítico desde este punto de vista: para los autores de este arte, los lugares de más difícil acceso, donde se realizaban las pinturas, serían como membranas hacia otras realidades.

Con la llegada del cristianismo, las creencias celtas serían destruidas y en caso de no ser posible, adaptadas a la nueva religión (como en el caso de la diosa celta de la fertilidad, Brigit; convertida en Santa Brígida, patrona de Escocia). Samhain se convertiría en el Día de Todos los Santos, en inglés All Hallow´s Eve: Halloween. Pero esto lo dejamos para el próximo artículo…

El día de los muertos (II parte): El Día de Todos los Santos
El día de los muertos (III parte): Halloween

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viernes, 9 de septiembre de 2011

Muera la inteligencia


Muera la inteligencia” fue el grito que pronunció Millán Astray en la Universidad de Salamanca en julio de 1936, ante el horrorizado Unamuno, que estuvo a punto de ser asesinado por los legionarios tras la réplica que le dio al tuerto general.

La frase me recuerda a otra que pronunció un jerarca nazi (creo que Goebbels): “Cuando oigo hablar de cultura saco mi revolver”; ambas lanzadas allá por los difíciles años 30. La diferencia entre ambas realidades es que la segunda puede adscribirse a un momento concreto de la historia de Alemania, uno de los países tradicionalmente más cultos de Europa y con una participación destacada en la Ilustración y el Romanticismo. La primera, en cambio, podía haberse dicho en cualquier momento de la historia de España. Como por razones de extensión es imposible abarcarlos todos, me ceñiré a una realidad concreta: la Inquisición.

La idea generalizada es que el Santo Oficio se dedicaba a perseguir brujas. Pero la fama que tienen los procesos de brujería de Zugarramurdi es debida a la excepcionalidad de los mismos. Las brujas solían ser personajes marginales de la sociedad, sin relevancia social y sin dinero (muy importante, porque los acusados pagaban los juicios…y a sus jueces). A diferencia de los países protestantes, en España no eran tan condenables los comportamientos antisociales individuales (como en los países protestantes) como las opiniones, la herejía (al revés que en esos países). Además de otras cosas, la Inquisición era, sobre todo, una especie de policía cultural. Y muy eficaz…

Cuando en España ya no quedaban herejes, ni judaizantes, y cuando las guerras de religión eran ya cosa del pasado en Europa, la Inquisición se dedicó a perseguir en una fecha tan tardía como el siglo XVIII (por la misma época en que triunfaban las revoluciones americana y francesa) a los ilustrados como al ministro Olavide, que cometió la osadía de intentar reformar la Universidad española para dotarla de contenidos más científicos (nada de matemáticas, ni física, ni…) y menos escolásticos. Fue detenido en 1776 y condenado en 1778. Fue suprimida oficialmente en 1824, pero durante algunos años funcionaron de manera más o menos “alegal” una especie de Juntas de Fe creadas por obispos.

Lo peor de la realidad de esta institución es que funcionaba con el aplauso de la población. Cuando le preguntaron a Carlos III porque no la suprimía contestó: “a los españoles les encanta y a mí no me molesta”.

Aplastando el pensamiento con el aplauso de la población...menos mal que los tiempos han cambiado...¿o no?

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miércoles, 24 de agosto de 2011

Divide et impera: una reflexión sobre los campos de concentración (III y última)


¿Por qué aparecieron los campos de concentración? Realmente no hay una única razón sino varias y cada autor hace hincapié en un motivo distinto. Bruno Bettleheim, superviviente de Dachau y de Buchenwald, explica su aparición con motivos más allá de la simple destrucción física o de la explotación económica: “acabar con los prisioneros como individuos, extender el terror entre el resto de la población, proporcionar un campo de entrenamiento en el que se enseñaba a prescindir de todas las emociones y actitudes humanas, un laboratorio experimental para el estudio de medios eficaces para quebrantar la resistencia civil”.


A lo que hay que añadir una característica típica del orden nazi y es su permanente esquizofenia: Por un lado, hay que acabar con las razas "inferiores", pero por otro el pueblo de "señores" debe experimentar su "superioridad" teniendo a su servicio a esos "inferiores", sin olvidar los intereses de las grandes empresas de utilizar mano de obra esclava. Lo que sigue a este caos es el habitual confusionismo nazi de intentar aplicar políticas contradictorias.

Al final se impuso la tendencia "exterminadora", (Solución Final al Problema Judío dictada en la Conferencia de Wansee) a la de explotación esclavista: “las bajas eran de 19.000 mensuales, algo intolerable para el buen ritmo de producción. La respuesta de Himmler fue una ley en la que se ordenaba hacer disminuir de forma absoluta el índice de mortalidad. A pesar de la grandilocuencia, en 1944 el número de víctimas había aumentado a 30.000 mensuales”-Gerard Preminger-.

Planteemos, para concluir, una última reflexión: ¿Cómo fue posible la reproducción de un sistema de estratificación legal (Leyes de Nüremberg) tras varias generaciones de ideal igualitario en la cultura europea?

Una posible (y pesimista) respuesta nos la da el antropólogo y filósofo judío Levi-Strauss, que tuvo que pasar la Segunda Guerra Mundial expatriado: “cuando una sociedad llega a ser demasiado numerosa (…) sólo se perpetúa generando servidumbre”. Este hecho sería el que provocó el sistema de castas en la India.

Así, “los acontecimientos de los que Europa ha sido teatro desde hace veinte años, como resumen de un siglo durante el cual su cifra de población se ha duplicado, ya no pueden aparecérsele como el resultado de la aberración de un pueblo, de una doctrina o de un grupo de hombres”. El mismo autor vaticina que lo sucedido no es más que un signo de la evolución a la que Europa se dirige: el camino que ya tomó Asia.

Puede que ya no vuelvan los "campos de la muerte", pero si la población continua aumentando, la aparición del sistema de castas en Europa solo es cuestión de tiempo.

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sábado, 20 de agosto de 2011

Divide et impera: una reflexión sobre los campos de concentración (II parte)

Continuamos en este segundo artículo sobre el funcionamiento de los campos de concentración (en la foto Bergen-Belsen). En cuanto a los criterios usados para la elección de las jerarquías internas entre prisioneros, la base era la clasificación racial nazi. Esta no era solo impuesta por los guardianes, sino asumida por los prisioneros, que ya la traían en sus mentes.

A las divisiones étnicas, visibles en la existencia o no (como en el caso de los pertenecientes al herrenvolk) de tatuajes, se añaden los colores de los triángulos, existiendo una lucha por el control entre los triángulos rojos (en principio, prisioneros políticos) y los triángulos verdes (en principio, prisioneros comunes), que eran los mejor preparados para asumir el control del campo por su experiencia vital previa: de organización en sus partidos o sindicatos, o en la cárcel y el mundo del hampa.

Además de la mencionada tradición imperial británica del artículo anterior, la estrategia política de fomentar la desconfianza y los miedos entre unos pueblos y otros es incluso anterior al nazismo, ya que formaba parte de la tradición política del Imperio Austro-húngaro, la patria originaria del Führer en la que nació, vivió y estudió sus primeros años -Paul Kennedy en Auge y caída de las grandes potencias-.

En realidad, lo que hicieron los nazis fue trasplantar a los campos de exterminio su propio sistema político, como dice el historiador británico Arnold Toynbee en La Europa de Hitler: “A lo largo de toda la Segunda guerra mundial, todos los miembros prominentes del comité de bárbaros de Hitler libraban una guerra más vigorosa contra sus adversarios del interior de Alemania que la que tenían para luchar contra británicos, rusos y americanos”.
Del mismo modo que el comandante de Auschwitz, Rudolf Höss, sabía que era más fácil controlar el campo cuanto mayor fuera la división y la lucha por el poder entre los prisioneros, Hitler “sabía por experiencia que la manera más segura de no verse devorado por su propia manada de lobos consistía en consentir que se devorasen unos a otros”.

¿Por qué se construyeron los campos de concentración? La respuesta en el tercer y último artículo.

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sábado, 13 de agosto de 2011

Divide et impera: una reflexión sobre los campos de concentración (I parte)


En un viaje al campo de concentración de Terecín, en la República Checa (al que pertenece la foto) no pude menos que hacerme esta pregunta: ¿Cómo pudieron tan pocos controlar a tantos?

Mucho se ha escrito sobre el funcionamiento de los campos de concentración en la Alemania nazi sobre todo en sus aspectos más morbosos y truculentos. También es habitual la presentación del fenómeno de los campos con una estricta división entre prisioneros por un lado y verdugos por otro. Pero es la existencia de diferentes categorías de prisioneros dentro de los campos de exterminio lo que permitió el que un número muy pequeño de guardianes controlara a una masa increíblemente superior en número, de manera que el sistema prácticamente funcionara solo y como esta estratificación es extrapolable a la realidad social –y lo que es más importante mental - existente más allá de los campos.

Repito que hay tanta información sobre los campos de concentración que no me interesa contar más de lo mismo. Me interesa hacer notar más bien aquellas semejanzas que estos campos tenían con el resto del mundo.

El egoísmo y la atomización insolidaria entre prisioneros ya han sido explicados, entre otros autores, por la catedrática de Antropología Moreno Feliú: divisiones étnicas, políticas, entre “veteranos” y “novatos”… ¿De dónde viene esta tradición?

En primer lugar, y aunque pueda sonar irónico, de la tradición imperial británica, experta en asegurar su dominio enfrentando unos pueblos con otros. Este era el modo en el que Gran Bretaña controlaba su vasto Imperio con un número muy bajo de soldados. La admiración de Hitler por la manera en que Inglaterra llevaba “la carga del hombre blanco” - en palabras de Rudyard Kipling - en Asia era de sobra conocida, y fue el mantenimiento de un subcontinente como la India con únicamente unos 50.000 soldados el que animó a Hitler a intentar algo parecido en el Este, habitado por eslavos untermenschen supuestamente fáciles de dominar.

En el próximo artículo seguiremos con este estudio antropológico sobre el uso de la división y enfrentamiento entre los prisioneros en los campos de exterminio nazis. -->