sábado, 29 de octubre de 2011

El día de los muertos (III parte): Halloween


Con el triunfo del Cristianismo, la fiesta pagana de Samhain fue sustituida por el Día de Todos los Santos: All Hallow´s Eve.

Cuando los irlandeses emigraron a América llevaron también sus tradiciones, entre ellas su noche de Samhain, y cambiarán los nabos por calabazas, más fáciles de ahuecar. En un principio, la fiesta fue reprimida por los primeros colonos, fuertemente protestantes, pero después de la oleada inmigrante de 1846, huyendo de la hambruna que asolaba Irlanda, terminó por implantar la festividad.

Al principio, Halloween se celebraba en los países anglosajones, pero la fuerza cultural de los Estados Unidos, ha provocado su popularización en el resto del mundo.

Del inicial Samhain pagano, pasando por el cristianizado Día de Todos los Santos, Halloween ha derivado en una festividad puramente comercial y lúdica, con fiestas de disfraces, bromas, visionado de películas de terror, y el famoso "truco o trato".

En su origen el Trick or treat estaba vinculado a la creencia en que esta noche no solo los espíritus de los difuntos podían vagar por este mundo, sino toda clase de habitantes de reinos espirituales, entre ellos Jack O`Lantern. Se trataba de un irlandés poco recomendable, capaz de engañar al mismo Diablo y salvar así su alma. Pero como no podía entrar tampoco en el cielo, tuvo que regresar entre el viento y la oscuridad, iluminado solo por un carbón arrojado por el Diablo que tuvo que meter en una calabaza para que no se apagara.

Desde entonces, Jack vagaba por los pueblos pidiendo precisamente "truco o trato". Lo recomendable es aceptar siempre el "trato" fuera cual fuese, pues sino Jack haría "truco" y maldeciría a la casa y la familia. Como amuleto, se usaban calabazas de formas horrendas para no encontrarse con él.

En la actualidad, los niños dan a escoger entre "truco o trato", es decir, entre "travesura o dulce". El origen de la tradición de pedir dulces puede ser doble: por un lado, de una tradición holandesa de la Fiesta de San Martín, un santo muy querido en la Edad Media por partir su capa con un mendigo; por otra la tradición celta de recoger alimentos por las casas para las ofrendas a sus dioses, en unos rituales que probablemente incluían sacrificios humanos.

El día de los muertos (II parte): El Día de Todos los Santos
El día de los muertos (I parte): Samhain

viernes, 28 de octubre de 2011

El día de los muertos (II parte): El Día de Todos los Santos

El origen de la festividad del Día de Todos los Santos se encuentra en la enorme cantidad de mártires cristianos que produjo la persecución del emperador Diocleciano. Esta era tan elevada que no había suficientes días al año para conmemorar a todos. La fecha inicial fue el 21 de febrero hasta que el Papa Bonifacio IV en el año 610 consagró el Panteón, el impresionante templo del emperador Agripa como templo a la Santísima Virgen y a Todos los Mártires, trasladándola al 13 de mayo.

La fecha definitiva fue instaurada por el Papa Gregorio III en el siglo VIII para solaparla a la fiesta del Samhain debido a su popularidad entre los pueblos celtas. Esta costumbre no es inusual en la Iglesia, pues en su día hizo lo mismo con la Navidad, haciéndola coincidir con la fiesta del Sol Invictus, el día más importante de la religión más peligrosa para el Cristianismo: la religión de Mitra.

Relacionado con la festividad de Todos los Santos está el Día de Difuntos, en el que se ora por aquellos fieles que se encuentran en el Purgatorio el 2 de noviembre. El origen de la fiesta se sitúa en Cluny en el 988, en el siglo XV llegó a España y desde allí pasó a América, donde se fundió con las tradiciones indias.

El noveno mes del calendario azteca, cerca de agosto estaba presidido por la Dama de la Muerte, el dios Mictecacíhuatl y la fiesta duraba todo el mes. Cuando los conquistadores llegaron trasladaron la festividad a noviembre, para que coincidiesen con el Día de Todos los Santos y con el Día de Difuntos.

También a América, pero a la América anglosajona llegó la festividad de Todos los Santos desde Europa, concretamente desde la céltica Irlanda, donde mejor se conservaba la raíz pagana del Samhain, transformado en Halloween, pero esto será en el siguiente artículo...

El día de los muertos (I parte): Samhain
El día de los muertos (III parte): Halloween
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sábado, 22 de octubre de 2011

El día de los muertos (I parte): Samhain


Samhain, es una palabra gaélica que etimológicamente significa “El final de la cosecha” y también “fin del verano”, lo que nos recuerda la correspondencia entre el calendario y el ciclo vital a los modernos habitantes de nuestras antinaturales ciudades.

En esta fiesta, la más importante en la cultura celta, en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre se celebraba el inicio del “Año Nuevo” Céltico. El calendario celta divide el año en dos mitades: una mitad oscura que comenzaba con la lunación de octubre-noviembre, el mes de Samonios (todos los meses comenzaban con la luna llena) y una mitad clara que comenzaba con la lunación de abril-mayo. La celebración del año nuevo celta se celebraba con la luna llena más cercana entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno, pues el año empezaba en la mitad oscura.

Samhain es tanto un momento de transición, pues se pasa de un año a otro, como de máximo acercamiento a otro mundo: el mundo de los muertos. Este es uno de los dos momentos del año en que las barreras entre los dos mundos desaparecen (el otro es Beltane, el inicio de la mitad clara), y los muertos pueden caminar entre los vivos.

Así que, por un lado, se encendían enormes hogueras para ahuyentar a los malos espíritus; pero también dejaban comida y dulces fuera de sus casas como ofrenda a los familiares ya fallecidos, y para ayudar a los muertos a encontrar el camino hacia la luz junto al dios Sol, ahuecaban nabos en los que introducían carbón ardiendo para iluminarlos. También los sacerdotes celtas, los druidas, se comunicaban en esta fecha con los espíritus de los antepasados para guiarlos hacia el otro mundo, la Tierra del Verano, donde no existía el dolor. En la brujería neo-pagana actual, la wicca, que ha resucitado en gran parte las tradiciones celtas, esta concepción de samhain como fecha especial donde las leyes espacio-temporales ordinarias quedan suspendidas se mantiene, y es el momento idóneo para trabajar la adivinación.

Era tan arraigada la creencia de que samhain era un momento mágico (en el sentido de anulación o debilitamiento de la realidad habitual) para los celtas, que en su mitología las hadas podían hasta llegar a tomar maridos mortales e incluso podía visitarse su reino. Pero no había muchos voluntarios: para los antiguos celtas las hadas eran seres muy peligrosos.

La creencia de que en determinadas fechas (como en samhain) o lugares (como en lugares concretos de Australia, para los aborígenes) se abren portales hacia otros mundos o la realidad física puede ser violada está arraigada en todas las mitologías y presumiblemente desde el principio de la Humanidad. H ay teorías que contemplan el arte rupestre paleolítico desde este punto de vista: para los autores de este arte, los lugares de más difícil acceso, donde se realizaban las pinturas, serían como membranas hacia otras realidades.

Con la llegada del cristianismo, las creencias celtas serían destruidas y en caso de no ser posible, adaptadas a la nueva religión (como en el caso de la diosa celta de la fertilidad, Brigit; convertida en Santa Brígida, patrona de Escocia). Samhain se convertiría en el Día de Todos los Santos, en inglés All Hallow´s Eve: Halloween. Pero esto lo dejamos para el próximo artículo…

El día de los muertos (II parte): El Día de Todos los Santos
El día de los muertos (III parte): Halloween

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